El escándalo del Bitcoin checo afecta al gobierno y a las elecciones parlamentarias. Las criptomonedas envenenadas apenas pueden cambiarse por dinero fiduciario normal. Se trata de un caso en el que bitcoins bloqueados hicieron multimillonario a su dueño, pero al final no le sirven para nada.
El caso checo de los bitcoins estalló a finales de mayo de este año, cuando los medios checos informaron de que el Ministerio de Justicia había recibido una donación de bitcoins por valor de unos 180 millones de dólares. El problema era que lo más probable es que los criptomonedas fueran de origen ilegal.
La historia comenzó en 2013, cuando Tomáš Jiřikovský, un antiguo cerrajero y programador autodidacta, puso en marcha el mercado de la darknet Sheep Marketplace. A finales de noviembre de 2013, el mercado fue pirateado y los usuarios perdieron miles de bitcoins. Jiřikovský consiguió robar más de 840 bitcoins de las carteras de los usuarios y cerró el sitio. Al año siguiente, se lanzó un nuevo mercado de la darknet centrado en las drogas, llamado Nucleus Market.
En la primavera de 2016, Jiřikovský fue detenido y acusado de distribución de drogas, robo de bitcoins y posesión ilegal de armas. En septiembre de 2019, fue condenado a nueve años de prisión. Según la sentencia, malversó 840,7 bitcoins, que entonces valían unos 680.000 dólares. Sin embargo, el tribunal demostró que había recibido al menos 1.519 bitcoins por operar con Sheep Marketplace. Todos estos bitcoins fueron obtenidos ilegalmente, ya fuera mediante malversación o comisiones de transacciones en la darknet.
Tomáš Jiřikovský ante el tribunal, 2018 - Fuente: ČTK
El caso resurgió en 2021, cuando Jiřikovský fue puesto en libertad anticipada después de que el tribunal le concediera una reducción de condena. Sin embargo, Jiřikovský siguió en libertad condicional, que debía terminar en noviembre de 2026.
Aquí es donde la historia da un giro: los bitcoins de Jiřikovský nunca fueron confiscados. En su lugar, estaban "durmiendo" en ordenadores incautados en el momento de su condena. Al darse cuenta de que su valor se había disparado, demandó su devolución. Finalmente, el Estado devolvió los ordenadores tras una sentencia del Tribunal Supremo.
En ese momento, la historia dio un nuevo giro. Como es natural, Tomáš Jiřikovský quería convertir los bitcoins -sólo accesibles a través de sus ordenadores devueltos- en dinero en efectivo. El problema es que los bitcoins obtenidos mediante transacciones ilegales son rastreables. Si intentara utilizar una bolsa de criptomonedas, la transacción probablemente se bloquearía, ya que se activaría inmediatamente una bandera roja, lo que le haría perder el acceso a los fondos.
En mayo de 2025, los medios de comunicación informaron de que el Ministerio de Justicia checo iba a recibir de Jiřikovský una donación de bitcoins por valor de unos 1.000 millones de coronas checas (aproximadamente 50 millones de dólares). La pregunta obvia era: ¿qué ganaba con ello? Jiřikovský afirmó que era simplemente un regalo de un delincuente reformado al Estado. Sin embargo, algunos expertos creen que el verdadero motivo fue obtener un “sello” implícito de legitimidad gubernamental para los bitcoins, lo que le permitiría convertir el resto en criptomonedas.
Esta maniobra, sin embargo, puede haberle puesto una diana en la espalda. Los que perdieron bitcoins en 2013 pueden haberse vuelto a interesar por él. Jiřikovský abandonó Chequia poco después de que se conociera la historia y, al parecer, viajó a Asia.
Según informes recientes, reapareció en su residencia de la ciudad de Břeclav a finales de julio. Aún no está claro dónde ha ido a parar este cerrajero reconvertido en programador aficionado y ahora multimillonario (multimillonario en dólares estadounidenses) que no sabe gastar su fortuna. Es probable, sin embargo, que esté preocupado no sólo por su vida, sino también por la seguridad de sus seres queridos.
Tomáš Jiřikovský en Břeclav, 2025 - Fuente: Seznam Zprávy
Este caso pone de relieve la delgada línea que separa el lado legal del ilegal en el mundo de las criptodivisas y la importancia de conocer el origen de los bitcoins y otras criptodivisas antes de comprarlas. Por lo tanto, los inversores deben utilizar únicamente bolsas o plataformas de inversión verificadas, aunque solo sea para proteger la seguridad de sus ahorros.
Las criptomonedas son una amenaza para la seguridad de los inversores.