Antaño, perder un smartphone era doloroso sobre todo por la pérdida de fotos irremplazables. Hoy en día, la mayoría de las fotos se guardan en la nube. El verdadero problema reside en toda la información almacenada en el dispositivo. Un teléfono desbloqueado es una mina de oro para los ladrones. Según el Financial Times, en Londres están aumentando los robos de smartphones y, con ellos, los casos de personas que pierden no sólo sus recuerdos digitales, sino también su dinero.
El londinense Christian d'Ippolito caminaba cerca de la rotonda de Old Street de madrugada tras una noche de fiesta. Tras haber trabajado con jóvenes marginados e impartido talleres en prisiones, no se sintió amenazado cuando cuatro hombres empezaron a hablar con él. Pero entonces uno de ellos le arrebató el iPhone. Tras una persecución, los ladrones escaparon en un coche.
Cuando el coche desapareció, d'Ippolito pensó que sólo había perdido su teléfono. Pero sus problemas no habían hecho más que empezar: en las horas siguientes, desaparecieron activos por valor de casi 40.000 libras de su monedero de criptomonedas
La Policía Metropolitana de Londres informa de un aumento de los robos de criptomonedas. Los teléfonos inteligentes se han convertido en una puerta de entrada para los delincuentes, y la propia naturaleza de las criptomonedas, con sus transacciones irreversibles y sus nuevos intermediarios financieros, hace que las fuerzas de seguridad sean casi incapaces de rastrear los fondos robados.
En el pasado, los teléfonos robados significaban perder fotos privadas. Ahora, el verdadero peligro es que los ladrones accedan a aplicaciones confidenciales, incluidas las carteras de criptomonedas. Los delincuentes pueden restablecer contraseñas o saltarse la autenticación de dos factores tras observar cómo desbloquean sus dispositivos las víctimas.
Y no se trata de un simple robo. Algunos de los delitos más brutales crypto son los secuestros, en los que se obliga a las víctimas a entregar sus tokens. En Francia, varios tenedores de alto perfil han sido atacados - en un caso impactante en enero, los ladrones incluso cortaron el dedo de una víctima.
Pero los ataques no tienen por qué ser tan violentos. Ahora que las criptomonedas se han generalizado (uno de cada cuatro británicos de entre 18 y 34 años posee activos digitales, según una encuesta reciente), los ladrones tienen cada vez más en el punto de mira a los jóvenes que pueden tener alguna.
Muchas víctimas siguen creyendo que los fondos robados pueden recuperarse. En teoría, las transacciones en blockchain son transparentes y quedan registradas. En la práctica, los delincuentes utilizan métodos avanzados para blanquear activos y disfrazar los flujos.
Por ejemplo, los hackers norcoreanos lograron cobrar una parte significativa de los 1.500 millones de dólares en tokens que robaron de un crypto exchange con sede en Dubái a principios de este año.
Entonces, ¿cómo pueden protegerse los tenedores? Una medida sencilla pero eficaz es evitar desbloquear los teléfonos en público y estar atentos al entorno cuando los utilicen fuera. Eso es exactamente lo que d'Ippolito hace ahora. "Veo a la gente ajena a su entorno. Ya no lo veo así", dice.
Fuentes:
https://www.ft.com/content/dfbc9ef7-9832-4845-8ea3-c7021506447e